Hemos visto, por segundo año consecutivo, la instalación de un circo con animales en el municipio de Benahavís, Málaga.( Concretamente, el Circo Berlín, que ya se hizo tristemente famoso en nuestra provincia, cuando cinco activistas de Igualdad Animal, una organización en defensa de los derechos de los animales, fueron brutalmente agredidos el 6 de enero del 2013 por trabajadores de este circo, instalado en la ciudad de Málaga, cuando trataban de informar pacíficamente a los viandantes sobre la injusticia que padecen los animales en estos espectáculos). Los circos con animales, lejos de poderse considerar una actividad cultural, son un atentado contra la dignidad y preservación de estos. De todos son de sobra conocidas las evidencias de las prácticas crueles y dolorosas que se causan a los animales de los circos, que van desde la separación de su medio natural, los mecanismos inadecuados de traslado, mala alimentación, malas condiciones de vida en sus habitáculos, hacinamiento y los crueles métodos empleados para que estos animales hagan sus “trucos y habilidades”.
Estos circos, lejos de ser lugares atractivos, divertidos y originales enseñan una realidad muy distinta, llena de sufrimiento, privación y muerte para los animales.
El entrenamiento se obtiene tras largas horas que les causa extenuación, una enorme angustia y sufrimiento, al ser sometidos a terribles padecimientos físicos provocados por la repetición incesante de ejercicios que son totalmente antinaturales, muy incómodos e indignos, todo esto aplicado con las contínuas agresiones de los adiestradores para que los animales sean “obedientes”
En cuanto a los cuidados sanitarios, no se sabe lo suficiente acerca de lo que un animal silvestre necesita para su óptima salud, de manera que es muy difícil conocer en qué momento requieren asistencia médica, pues generalmente su instinto les impide manifestar debilidad o algún síntoma, hasta que realmente están muy enfermos. Es imposible mantener en cautiverio a un animal silvestre sin que manifieste estrés o sin que evidencie necesidades muy difíciles de atender mientras se encuentre en cautividad. Lograr que un animal silvestre se adapte al cautiverio es imposible, pues por más dócil y manso que parezca el individuo, siempre presentará un nivel muy alto de estrés.
Diversas asociaciones y zoológicos a nivel mundial, señalan que debido a la falta de ejercicio, socialización o actividad, los animales utilizados en espectáculos son víctimas a menudo de graves enfermedades mentales; lo cual puede ser corroborado a través de la observación de comportamientos estereotipados, es decir, moverse de lado a lado de manera repetitiva, darse golpes en la cabeza, morder los barrotes y auto mutilarse, que son los síntomas más comunes de los desórdenes psicológicos que manifiestan debido al encierro y maltrato que reciben.
Y con relación a los circos y espectáculos itinerantes, es importante mencionar que estos viajan miles de kilómetros para llevar su espectáculo a diversas ciudades, pueblos e incluso países. En los trayectos, lo único que conocen los animales son las cadenas que les impiden moverse y las reducidas jaulas que no cubren ni sus necesidades mínimas de ventilación, comida y agua, o de cuidado veterinario, lo que convierte a estos viajes, que pueden durar varias semanas, en auténticas pesadillas.
Queremos que nuestro municipio se una a la larga lista de localidades y países que se han proclamado libres de circos con animales y para ello necesitamos tu colaboración y firma. Muchas gracias.
Rita Romero Martín- Estévez.
Con el apoyo y colaboración de:
ANAVIS (Asociación protectora animalista de San Pedro y Benahavís)
Agustín González Ferreiros (VETERINARIO)
Laura Palomeque
Jimena Sanhueza
Sofia Stecconi