Lima es una ciudad milenaria de tradiciones que se complementan con expresiones contemporáneas para crear la rica y diversa cultura de la que todos somos parte. Dentro de esta larga tradición, los ciudadanos de Lima hemos trabajado y participado, por iniciativa propia y de manera independiente, en los diversos ámbitos de la cultura, reflexionando, generando espacios y actividades fundamentales para la construcción de una ciudad más plural e inclusiva. En este contexto, el Estado, aunque lentamente aún, ha empezado a generar iniciativas para reconocer y promover este esfuerzo ciudadano por garantizar las manifestaciones culturales de nuestra ciudad y país.
Esto es parte de un proceso mundial, pues organismos internacionales como UNESCO, Agenda 21 de la cultura, organizaciones regionales en América y movimientos de la sociedad civil han generado declaraciones y acuerdos para impulsar el reconocimiento de la cultura. En Latinoamérica, esto se ha traducido, progresivamente, en el aumento y la mejora de políticas culturales, y en mayor inversión en el sector. Es decir, estos países han reconocido la importancia de la cultura para el desarrollo, para la lucha contra la discriminación y la desigualdad, para reducir la conflictividad social, y para combatir la delincuencia, la inseguridad, el racismo, el machismo y la corrupción. Contribuyendo así a generar el bienestar que deseamos como individuos y sociedad.
Por lo expuesto, le exigimos lo siguiente:
1. Que garantice la continuidad, profundización y mejora de la institucionalidad cultural y de las políticas culturales alcanzadas hasta el momento. Estas políticas han beneficiado a los ciudadanos de Lima y entre ellas se encuentran las aprobadas por el Consejo Metropolitano 2011-2014: (1) creación de la Gerencia de Cultura (Ordenanza 1650), (2) creación de tres Subgerencias (Ordenanza 1671), (3) la política pública para el reconocimiento y la promoción de la Cultura Viva Comunitaria existente en Lima Metropolitana (Ordenanza 1673), (4) Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima Metropolitana 2012-2025 (Ordenanza 1659), (5) el Convenio “Mi Huaca: Herencia que nos une”, firmado con el Ministerio de Cultura y (6) el convenio firmado con la AECID para el funcionamiento de la Escuela Taller de Lima. Además el Decreto de Alcaldía 001 que declara a la ciudad de Lima como “Lima Milenaria, Ciudad de Culturas”.
2. Que mantenga y amplíe el presupuesto municipal para cultura que durante los últimos 4 años ha sido el más alto de nuestra historia, con un promedio anual de 4.5 millones de dólares. A pesar de estos avances, la cifra aún nos pone por debajo de la inversión pública de otras ciudades de la región, como Bogotá (100 millones de dólares), o Quito (21 millones de dólares), ciudades con una población menor que la de Lima.
3. Que se generen mecanismos institucionales de participación ciudadana para la construcción de nuestras políticas culturales. De esta manera cumplirá con lo que planteó en su Plan de Gobierno 2015-2018, donde expresa que la verdadera democracia requiere de una “relación entre el poder democráticamente construido, las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos concretos, que trascienda el simple ejercicio periódico de actos de sufragio y busque una permanente y real participación ciudadana en todas las manifestaciones de la vida nacional” (p. 2). De esta manera se promoverá el diálogo con los actores del sector cultural y con la sociedad civil.
Finalmente, exigimos que en el corto plazo, la actual gestión presente su plan de trabajo en materia de cultura y convoque a una audiencia pública, con la invitación abierta a los agentes del sector y la sociedad civil, para iniciar un proceso de construcción conjunta en favor de la ciudad.
Atentamente,
Johann Hudtwalcker